Edificio Paseo de la Habana 75

La ubicación de la parcela del Paseo de la Habana 75 ofrecía varias particularidades muy condicionantes para inferir una solución satisfactoria para el proyecto: una parcela de pequeño tamaño, muy encerrada entre los edificios colindantes de más altura y un gran desnivel en la colindancia norte.

El desarrollo de un programa de viviendas con 3 unidades en la planta tipo, si se alineaba el edifico con la calle, abocaría la orientación de las viviendas hacia fachadas paralelas, próximas y poco atractivas. Por ello se decidió girar 45º el edificio buscando la escapatoria visual y de soleamiento. Además, el gran desnivel encerraría en gran parte el primer nivel residencial, por lo que se negoció con el Ayuntamiento una gran altura en la planta baja porticada, elevando la planta primera y dotando de monumentalidad el área común abierta.

Fieles a la filosofía del estudio, que busca la belleza de la forma a través de la función a la que sirve, desde el objetivo de articulación de los espacios con la libertad que proporciona un desarrollo orgánico, se fue tallando el volumen del edificio, considerándolo, en base a su tamaño y proporciones, como un objeto escultural en que la relación directa entre volúmenes y texturas enfatizase su percepción como tal.

Las 11 viviendas que integran el conjunto tienen una organización en planta bastante libre, consiguiendo la riqueza espacial que proporciona la concavidad en arquitectura, en un objeto convexo, y dotándose de privacidad, tanto en los espacios interiores como en los exteriores.

Constructivamente, la utilización del hormigón, la piedra, el acero, el vidrio y la madera, siempre vinculados a una función y la forma que de ella deriva, contribuyen a una lectura clara de la estudiada geometría y proporciones del objeto.